
La chica se está armando su historia como actriz de teleseries. Si resulta o no es un misterio de telenovela. Un valor agregado es que en sus venas corre sangre histriónica: su padre, Héctor, y su hermana Amparo son gente talentosa. En “Cómplices” es Amanda Otero, una joven de 19 años que se enfrenta al demonio de la codicia y al acertijo de la virginidad.
¿Quién es esta chica? Su nombre es Emilia Noguera, tiene 22 años, estudió teatro en la Escuela de la Universidad Católica, de donde egresó hace poquito. Hija de “el descarado” Héctor Noguera y hermana de la enjuta Amparo Noguera, se suma al clan en “Cómplices”, teleserie que la tiene levantándose temprano y grabando.
–¿Cómo ha sido la experiencia laboral en la televisión?
–Rara, pero entretenida –dice ella–. Lo paso bien y la gente me ha enseñado harto, camarógrafos, continuistas, iluminadores, maquilladores, directores, las productoras; todos me enseñan muchas cosas.
Su primer papel es el de Amanda Otero, una mina cuica un poco porra y virgen. “Sus papás no la pescan nada y por eso tiene la libertad de hacer lo que quiera; es media loca también y quiere mantener su virginidad hasta el matrimonio”, cuenta Emilia.
Esta conversación la tuvimos en un auto, veníamos de un estudio fotográfico para llegar a TVN. Aún no es famosa: “Acá en Chile hay conocidos, mi papá es conocido, mi hermana es conocida, pero famosos yo creo que son los tipo Brad Pitt y Angelina Jolie. Y si me preguntas cómo me voy a llevar con el reconocimiento, no sé, porque no sé si me pase, se me ocurre que lo tomaré con tranquilidad, como uno es no más”.
Emilia se define como una joven que lo pasa bien escuchando a David Bowie y a Bach, además de encantarse con la pintura y el piano, que toca desde los seis años.
Actualmente tiene en mente la idea de seguir estudiando, quizá fuera de Chile, quizá con Alfredo Castro. De registro en tablas tiene en su haber las obras “La tempestad” y “Gen”. En términos más gremiales defiende a brazo partío la autogestión y cumple con su discurso con su compañía Teatro La Caída, que hoy se concentra en el montaje “Cara de fuego”. “Es entretenido dirigir, mucho más difícil que actuar; la obra trata de una familia que no tiene mucha esperanza en la vida, cuyos hijos tiene una relac ión incestuosa
–Me imagino que en tu casa el gran tema son las teleseries. ¿Se habla de eso?
–No (y sonríe). No se habla por mala onda, sino porque no se habla del tema no más. Lo que se llega a decir es cómo han estado las escenas.
–¿Qué te dijo tu papá cuando quedaste seleccionada?
–Estaba feliz porque encontré trabajo al tiro, porque no tuve que hacer cosas distintas al teatro para ganar plata, y feliz por trabajar en lo que yo estudié por cuatro años.
–¿Te molesta que se diga que eres hija de?
–No, cómo me va a molestar si es un actor tan bueno, me molestaría si fuera un señor que yo encontrara que es lo peor, que actúa pésimo, eso me molestaría; pero la gente lo quiere, es inteligente y ha sabido mantenerse actuando toda su vida.
–¿Influye ser hija de Tito Noguera para ser parte de un elenco?
–Mis compañeros me felicitan porque quedé por un casting.
–No entraste apitutá, entonces
–No, que yo sepa.
–Amanda Otero, tu personaje en “Cómplices”, ¿qué representa?
–Ella quiere vivir siempre con plata y no se rebajaría jamás a pololear con alguien que no la tuviera, y en verdad su novio no tiene ni uno y él le miente.
–¿Se toca en esta historia la homosexualidad?
–Frente al tema soy absolutamente abierta, tengo muchos amigos gays y no podría pensar de otra manera; lo que sí me pasa con la homosexualidad es que creo que hay que tener mucho cuidado con los comentarios que se dicen, yo he pasado muy malos momentos con amigos gays que los tratan muy mal y eso me parece el colmo. Creo que hay que ser más inteligente en el trato y aceptar. Me parece muy bien que se toque el tema en la teleserie para que por último la gente lo discuta; uno nunca sabe si a un cabro se le va a hacer más fácil decirle a sus papás que es homosexual. Si eso se logra, bien.
–Saliste recién de la Escuela de Teatro. ¿Por qué crees que no hay que creerse el cuento de ser actriz?
–El que no sabe autogestionarse y se queda en su casa sentado hasta que lo llamen, él no va a ser actor, porque no puede, a no ser que tenga mucha cueva que le digan “aló, hola, te vi en la calle, quiero que seas actor de mi película”. Eso es imposible, hay que aprender a autogestionarse y eso no te lo enseña la Escuela de Teatro. A eso me refería con no creerse el cuento.
–La Escuela de Teatro de la Universidad Católica fomenta el egresar con compañías.
–No, en la Católica no incitan al grupo, no incitan a la compañía. Es una buena escuela, sólo le falta eso que es fundamental; yo con mi compañía La Caída estamos improvisando y haciendo todo lo posible por hacerlo bien. Nos rotamos en los roles, uno dirige, hace la asistencia de dirección, después actúa. La idea es ir cambiando e ir probando y aprendiendo.
Durante el viaje recibe llamados telefónicos, apuran su llegada para la grabación.
Al mirarla, imposible no compararla con su hermana. Quizá sea un error, pero inevitablemente una piensa que si se crió compartiendo el mismo aire de Amparo y creció tomando la misma leche del teatro que su hermana, debe haber algo en común. Físicamente, pocazo. Colores, brillo y sonrisa fácil; sin duda, es una característica familiar. Sólo basta verla en escena para apreciar la invasión de los genes. LND
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